Tras 10 días de gira por Asia, que lo llevaron a recorrer previamente Emiratos Árabes Unidos (EAU) y China, el mandatario mantuvo una entrevista con Sus Majestades Imperiales, con quienes repasó los logros obtenidos durante su paso por la isla del Sol naciente y a quien le manifestó su deseo de que puedan visitar la Argentina en 2018 para celebrar el aniversario número 120 del establecimiento de las relaciones bilaterales.
Previamente, el líder del PRO junto a su esposa y la comitiva que integraron ministros, secretarios y legisladores se habían acercado hasta el Santuario Meiji, construido en 1921.
Al llegar al templo dedicado al Emperador Meiji y la Emperatriz Shoken, el jefe de Estado y la primera dama fueron recibidos por el monje principal, Miyazaki, a quien le obsequiaron un ejemplar de algarrobo blanco, y luego firmaron el Libro de Honor y participaron de los rituales sintoístas.
En el histórico y tradicional templo, que está rodeado por un bosque de 100 mil árboles, el líder del PRO manifestó su deseo de "respeto, futuro y prosperidad" al participar del ritual sintoísta conocido como ema, que consiste en escribir oraciones o pedidos en una pequeña tabla de madera que luego es colgada en un sector del Santuario.
Finalizadas las últimas actividades oficiales en la tierra del Sol naciente, Macri y Awada retornaron al Hotel Palace Tokio y saludaron a un grupo de chicos que pertenecen a una de las cuatro escuelas de fútbol que el Club Atlético Boca Juniors posee en Japón.
Luego de estas actividades, la comitiva oficial emprendió el vuelo de regreso hacia la Argentina para arribar el próximo domingo al Aeropuerto Internacional de Ezeiza "Ministro Pistarini".
Fuente:NA
