Lula se impuso por 50,83% al 49,17% al mandatario de ultraderecha en la segunda vuelta de estos comicios, que coronan una de las campañas más violentas en Brasil desde el retorno a la democracia, según datos del tribunal electoral, con el 98,81 por ciento del escrutinio.
Unos minutos antes de que se conociera oficialmente su victoria, Lula, de 77 años, publicó en Twitter una imagen de su manos sobre la bandera brasileña y la palabra "democracia".
El líder del Partido de los Trabajadores (PT) salió en la noche de hoy de su casa en la zona oeste de Sao Paulo para hacer un pronunciamiento.
Vestido con camisa azul de jean, Lula viajaba en un automóvil blindado hacia hotel Intercontinental, donde está montado su bunker para luego festejar en la Avenida Paulista.
"Esta elección no define solo un modelo de país, sino que define un modelo de vida para los brasileños", sostuvo hoy después de votar cerca de San Pablo, en la misma escuela donde se votó a sí mismo por primera vez para presidente en 1989.
"Por eso, es la elección más importante de mi vida, por un proyecto para que la democracia sea vencedora", agregó.
El veterano líder de izquierda abogó por relanzar el proceso de integración sudamericana y latinoamericana, reforzando el Mercosur y recomponiendo a la Unasur para poder negociar con las grandes potencias en pie de mayor igualdad.
Unos 150 millones de brasileños estaban habilitados para votar hoy. Más del 20% del electorado se abstuvo de hacerlo en la primera vuelta y gran parte del esfuerzo final de ambos candidatos estuvo destinado a potenciar la concurrencia a las urnas.
Bolsonaro, de 67 años y en el poder desde 2019, se presentó como el paladín de los valores familiares tradicionales, opuesto al aborto, al matrimonio igualitario y a la educación sexual integral.
Télam