Abe, de 65 años, notificó su intención de renunciar por las mismas razones de salud que hace 13 años motivaron su primera dimisión como primer ministro: la colitis ulcerosa crónica que viene sufriendo desde que era adolescente y que empeoró en el último tiempo.
Dijo que no quería que su enfermedad se interpusiera en la toma de decisiones y se disculpó con el pueblo japonés por no completar su mandato.
"Si se está enfermo y no se está en buena forma física, no se deben tomar decisiones políticas importantes ni dejar de producir resultados", afirmó en una rueda de prensa en la sede de la Jefatura de Gobierno, según informó la agencia de noticias EFE.
Allí se mostró sin señales de deterioro de salud sino más bien aliviado por la decisión, que, al parecer, venía considerando desde hacía un mes, cuando los médicos detectaron signos del mal que forzó su dimisión en 2007.
Ante los reporteros, expresó su pesar por no haber cumplido con sus promesas fundamentales: obligar a Corea del Norte a devolver a los ciudadanos japoneses secuestrados hace décadas; resolver una disputa territorial con Rusia; y reformar la constitución para dar más poder a los militares.
En junio pasado, Abe tuvo un chequeo regular en el que se encontraron señales de que estaba regresando la colitis ulcerosa crónica, y a partir de entonces comenzó a ser tratado con un nuevo medicamento, relató.
La última visita al hospital, el pasado lunes, coincidió con un récord en su gestión: 2.799 días seguidos como primer ministro, el período consecutivo más largo en la historia reciente del país.
El 20 de noviembre pasado se había convertido en el jefe de Gobierno con más tiempo en el poder, uniendo tanto su actual mandato (2012-2020) como el anterior (2006-2007).
Los periodistas le consultaron varias veces si tenía alguna preferencias en relación a su sucesor, pero Abe evitó dar nombres concretos y se centró en los desafíos que esa figura tendrá para controlar el coronavirus, su reto más difícil en la última etapa de su gestión.
El sucesor debe salir de las filas del gobernante Partido Liberal Democrático (PLD), cuya dirección, según dijo Abe, ultimaba hoy mismo el proceso para proponer el candidato que será elegido previsiblemente por el Parlamento.
En la anterior ocasión, cuando Abe renunció en 2007, ese proceso se prolongó un par de semanas, y está por conocerse en detalle el sistema que elegirá el PLD para designar al candidato, diferente al que existe en un proceso rutinario de nominación.
Abe tenía que dejar el liderazgo del PLD en septiembre de 2021, lo implicaba su salida del Gobierno, algo que está haciendo ahora forma anticipada, forzada por su problemas de salud, lo que abre una intensa etapa política para seleccionar a su sucesor.
Telam