Organismos federales y estatales estadounidenses bloquearon el sábado la aplicación del decreto migratorio de Donald Trump contra los nacionales de siete países musulmanes, aplicando una decisión judicial que el presidente calificó de "ridícula".
El juez federal de Seattle, James Robart, emitió en la noche del viernes una resolución aplicable en el conjunto del territorio estadounidense mientras examina una demanda elevada el lunes por el ministro de Justicia del estado de Washington.
Como consecuencia inmediata de ese fallo la administración Trump se vio obligada a reabrir, al menos por un tiempo, las puertas del país a las personas originarias de los países afectados por el decreto del gobierno.
"La opinión de este presunto juez, que en definitiva priva a nuestro país de su policía, es ridícula y será revertida", advirtió el nuevo presidente estadounidense en una serie de tuits que envió en la mañana del sábado.
"Cuando un país ya no tiene capacidad de decir quién puede entrar y salir, sobre todo por razones de seguridad, hay grandes problemas", señaló en un segundo tuit.
En un tercer mensaje a través de la red social que se ha convertido en su principal medio de comunicación, Trump estimó "interesante que algunos países de Medio Oriente" estén de acuerdo con su decreto.
"!Saben que si algunas personas son admitidas (en Estados Unidos) habrá muerte y destrucción!", escribió.
West Palm Beach, Estados Unidos/NA