El dictamen de los peritos terminó de tomar forma el viernes pasado. Pero los expertos oficiales -uno de la Corte Suprema de Justicia, Juan Santiago Rattaro, y otro de la Policía Federal, Alejandro Centofanti-, junto con otro propuesto por la defensa de los Kirchner, José María Buitrago, no avanzaron sobre las fechas en que pudieron falsificarse esas firmas ni sobre las tintas utilizadas para cada rúbrica.
El peritaje parecería confirmar la sospecha de la adulteración dolosa de los libros para justificar a posteriori negocios irregulares y un potencial lavado de dinero.
Los expertos no precisaron si las firmas pudieron estamparse, todas con la misma birome, tras la muerte del ex presidente, en octubre de 2010.
Ésta no sería la primera vez que las firmas de Kirchner quedaran bajo sospecha. En 2004 también se inició una causa penal por su presunta falsificación en los decretos 737/03 y 790/04.
En esos textos, el entonces presidente ordenó abrir un sumario militar a tres generales de la dictadura -Reynaldo Bignone, Ramón Díaz Bessone y Albano Harguindeguy-, que habían defendido la represión en un programa televisivo. Pero en esa ocasión las sospechas se diluyeron y la causa terminó en el archivo.
Esta vez, la primera en cuestionar la autenticidad de las firmas del ex presidente y de los libros societarios de Hotesur fue la diputada nacional Margarita Stolbizer, a fines de 2015. El fiscal federal Carlos Stornelli compartió estas sospechas y pidió un peritaje caligráfico.
Las sospechas se centran en dos episodios concretos. El primero, las horas que siguieron a los allanamientos que ordenó el juez federal Claudio Bonadio en Río Gallegos, el 13 de julio de 2015, cuando colaboradores de la presidenta de Hotesur y sobrina de Néstor Kirchner, Romina Mercado, pidieron 48 horas para entregar los libros societarios o comerciales. ¿Aprovecharon ese tiempo para retocar esos registros?
El segundo episodio bajo sospecha ocurrió entre el 3 y el 11 de noviembre de ese año, cuando tras el apartamiento de Bonadio y con la causa Hotesur ya en manos del juez federal Daniel Rafecas, la defensa de Mercado solicitó copias de esos libros.
El juez accedió y la defensa retiró los originales de Prefectura -a cargo de su custodia-, sin que se dejara constancia de nada llamativo al llevárselos. Pero cuando los devolvieron el personal de Prefectura indicó que aparecían “enmiendas y tachaduras”.
Fuente:nexofin