El hombre es un próspero editor de libros y ella una docente universitaria, con casi 20 años de convivencia, un hijo mayor e independizado al que se nombra sólo dos veces, y en la rutinaria vida que comparten surge la intempestiva llegada a cenar de un viejo amigo (Carlos Santamaría) que acude con su nueva novia (Muni Seligmann), una vistosa joven que deslumbra al dueño de casa e irrita a su mujer.
El problema del cincuentón visitante es, para el personaje de Reyna, el abandono de su esposa de toda la vida y sus hijos, además de una actitud ganadora que lo hace ostentar sobre el reciente viaje a la costa amalfitana con la jovencita, sobre el departamento que alquiló en algún lugar paradisíaco de Brasil, sobre el precio del vino que aportó a la cena y varias cosas más.
La trama apunta a señalar las situaciones tediosas que sobrevuelan un matrimonio de muchos años, aunque marido y mujer aún sean jóvenes, y junto a ello a los peligros de los amores intempestivos entre personas de distintas generaciones, para finalmente situarse en un punto conservador que la platea debe evaluar.
Lo que diferencia a esta comedia de otras que pueblan desde hace años la avenida Corrientes en las que un matrimonio recibe a otro y por alguna razón eso desata el conflicto -"Los vecinos de arriba" es un ejemplo- es que los personajes dialogan entre sí pero dicen a la platea lo que piensan sin ninguna clase de límites, mecanismo en el que reside su humor.
Fuente:Telam