El primer asalto favoreció a la pugilista local, que mostró su solidez durante los dos minutos de combate, pero la argentina tomó la iniciativa en el segundo parcial para equilibrar las acciones ante la campeona del mundo en siete versiones diferentes (fue campeona supermosca OMB, gallo OMB, supergallo OMB y CMB, pluma OMB y CMB, superpluma FIB, ligero OMB y superligero OMB).
La historia se repitió en el tercer round, donde ya la puertorriqueña no lució tan osada como al principio, aunque paradójicamente esto le sirvió para imponerse ante una Bermúdez que recién pudo intentar cambiar el ritmo de ese segmento en los segundos finales.
Y a partir de la cuarta vuelta Serrano empezó a torcer la historia a su favor con su derecha que horadaba de continuo la defensa de Bermúdez, quien como en el round anterior recién reaccionó cuando expiraba el asalto.
La valentía de Bermúdez iba de la mano de su frontalidad para tratar de ir siempre hacia adelante, conocedora de que estaba ante la gran oportunidad de su vida pugilística, pero esto simultáneamente la exponía a recibir las contras siempre certeras de su adversaria.
Así transcurrió el quinto round y fueron a un sexto en el que directamente la argentina fue a proponer el golpe por golpe, y dio tanto como recibió, con distintas calidades de impactos, pero ambas llegaron al epílogo de esa vuelta con los pómulos inflamados.
Para el séptimo asalto la santafesina decidió descansar más en la pelea corta, y allí sacó alguna ventaja porque cada vez que salió del cuerpo a cuerpo lo hizo pegando.
Por eso Serrano salió al octavo round tratando de mantener a la argentina a distancia con su jab, pero con ello también la medía para aprovechar su velocidad y entrarle con precisión a la defensa bastante abierta de Bermúdez.
La arenga de su padre y entrenador, Tito, en el rincón, pidiéndole a su hija "ganar este noveno round, peleando, porque éste es el momento", siguió impulsando a Bermúdez hacia adelante, pero también lo que marcaría el final del combate, porque Serrano dejó de pegar arriba por un segundo y con un golpe al hígado de izquierda derribó por toda la cuenta a la argentina y sus ilusiones.
La puertorriqueña de 32 años ya había hecho su trabajo para quedarse con todo, como siempre. Como en sus 40 peleas como profesional (38 ganadas, un empate y una derrota), de las que sumó 30 victorias por nocaut. No pierde desde 2012.
La argentina llegó a los 30 combates, con 10 triunfos como nocaut, tres empates y ahora cuatro derrotas, interrumpiendo un invicto que ya llevaba siete años.
Telam