River Plate y Vélez Sarsfield preanunciaban un cruce entre dos equipos de similares características aunque diferentes jerarquías, ya que el local tiene pergaminos individuales y colectivos de los que carece el conjunto dirigido por Gabriel Heinze.
Pero conocedor de esto, el "Gringo" planteó un partido de presión constante, con diez jugadores corriendo a partir de la media cancha, dejándole a River la salida cómoda hasta superar los tres cuartos.
De esta manera, con una línea de cinco flexible para no resignar posibilidades de atacar pero bien resguardado defensivamente, Vélez trató de no sufrir el partido y tratar de salir de contra, algo impensado para este equipo de Heinze que siempre dio la impresión de no saber jugar a otra cosa que al ataque.
Dicho y hecho, siempre con River como propietario del balón, sobre los 38 minutos sacó más Franco Armani hacia la media cancha, recuperó Vélez y Nicolás Domínguez definió con clase ante el achique del guardavallas riverplatense.
Con esa ventaja se fue Vélez al vestuario, para prepararse por lo que se suponía un segundo tiempo con River asumiendo el protagonismo absoluto del desarrollo, algo que efectivamente sucedió y que al cuarto de hora dio sus frutos con el empate de Ignacio Fernández.
Claro que el autor intelectual de ese tanto fue Lucas Martínez Quarta, la figura de River, que arrancó como un wing izquierdo y definió su acción con un toque atrás en el área chica para que concretara Fernández.
Con la igualdad la tromba riverplatense fue aún mayor y Vélez apostaba a la resistencia y a algún otro error de los locales, manteniéndose a puras voladas del arquero Lucas Hoyos, la gran figura de la noche de Núñez.
Fuente:Telam